¿Alguna vez te has encontrado con un animal poco común? Tal vez sea porque es difícil de avistar o porque lo viste en un contexto inesperado. O quizás sea un animal que ves con tanta frecuencia que comienzas a preguntarte si hay un mensaje detrás de ese encuentro.
Si alguna vez te has planteado esta pregunta, te invito a que sigas leyendo. Vamos a explorar qué podrían estar significando estos encuentros.
Hace un tiempo, un amigo me preguntó:
"¿Qué animales has estado encontrando últimamente?"
Esa pregunta dio pie a una conversación profunda sobre cómo los animales que se cruzan en nuestro camino pueden reflejar lo que estamos viviendo. Los animales pueden ayudarnos a atravesar ciertas situaciones, a mostrarnos aquello que necesitamos incorporar en nuestra vida, y, en algunos casos, actúan como nuestros aliados o animales de poder. A medida que la conversación avanzaba, exploramos juntos el significado espiritual de estos encuentros, intercambiando nuestras opiniones sobre el comportamiento de los animales y el entorno en el que se manifiestan.
¿Qué es un "Omen"?
Un "omen" (presagio) ha sido interpretado históricamente como una señal de lo que está por venir, algo extraordinario y cargado de simbolismo. En muchas culturas antiguas, los presagios eran vistos como manifestaciones divinas, aunque no siempre se trataba de predicciones directas del futuro. Más bien, un presagio podía ser la respuesta a un evento inusual, cuyo significado debía ser interpretado.
Los presagios pueden presentarse en diversas formas: desde fenómenos astrológicos hasta eventos meteorológicos o encuentros inesperados con animales. Estas señales nos invitan a conectar con lo divino y a interpretar el mensaje que la naturaleza nos quiere transmitir. No es algo que pedimos conscientemente; el presagio llega como una señal del universo, y somos nosotros quienes decidimos buscar su significado.
Según Burkert (1996), un presagio es "un evento que interrumpe lo ordinario, señalado como extraordinario por su rareza o particularidad". En la antigüedad, estos eventos se registraban como claves para interpretar la voluntad divina y cómo los dioses se comunicaban con los humanos.
Mi encuentro con un cangrejo de río
Hace alrededor de un mes y medio, mientras caminaba por un parque en Berlín, me encontré con un cangrejo de río que estaba fuera del agua, algo que no esperaba. Como tarotista, lo primero que vino a mi mente fue la carta de La Luna en el Tarot, que también muestra un cangrejo emergiendo de las profundidades. Para mí, este encuentro fue como una llamada de atención del universo: "¡Presta atención a esto!" Aunque en ese momento no comprendí completamente su significado, con el tiempo todo comenzó a tener más sentido. A veces, los mensajes requieren tiempo para revelarse; lo desconocido necesita madurar antes de manifestarse claramente.
En la antigua Mesopotamia, los presagios relacionados con animales eran considerados manifestaciones divinas. Como señala Beaulieu (2003), “el presagio era un medio a través del cual los dioses se comunicaban con los humanos, sugiriendo que ciertos eventos extraordinarios captaban el interés divino y contenían advertencias o guías”.
Las primeras dos imágenes son las que tomé; sí, sé que la calidad es bastante mala. A la derecha se puede ver con más detalle.
La carta de La Luna en el Tarot
La carta de La Luna en el Tarot simboliza el subconsciente, los sueños y las emociones ocultas. En la ilustración (Tarot de Marsella a la izquierda y Rider Waite Smith a la derecha), el cangrejo de río emerge de las aguas profundas, representando esas partes de nosotros que permanecen en las sombras, fuera de nuestra percepción cotidiana. Este viaje desde el agua hacia la tierra simboliza la lucha interna entre lo instintivo y lo racional, representada por el lobo y el perro que aparecen en la carta.
La Luna nos desafía a explorar lo desconocido, a caminar por senderos de incertidumbre, confiando en nuestra intuición para guiarnos. La luz de la luna es tenue y engañosa, proyectando sombras y reflejos que pueden desorientarnos. Por ello, La Luna nos recuerda que no todas las respuestas son claras de inmediato; a veces, debemos esperar a que la verdad se revele.
Después de mi encuentro con el cangrejo de río, investigué más sobre este animal y descubrí que estos crustáceos tienen la capacidad de purificar el agua, lo que los convierte en "ingenieros del ecosistema". Este aspecto simbólico refleja la importancia de limpiar nuestros entornos emocionales y energéticos. Además, el proceso de muda del cangrejo, en el cual deja atrás su caparazón para crecer, se convierte en una poderosa metáfora de transformación y renovación personal.
La Luna también es un recordatorio de los ciclos, los cambios constantes y la necesidad de soltar lo que ya no nos sirve. Al igual que el cangrejo debe mudarse para seguir creciendo, nosotros también debemos despojarnos de nuestras "viejas pieles" y abrazar el cambio, con la certeza de que saldremos más fuertes al otro lado.
Adivinación: Una Conexión con lo Divino
La adivinación es mucho más que una herramienta para prever el futuro. Es un proceso sagrado mediante el cual los humanos buscan establecer una conexión con lo divino, permitiendo que el universo o los dioses se manifiesten a través de signos y símbolos. Este proceso crea un diálogo entre el mundo visible y el invisible, donde los signos se convierten en mensajes que deben ser interpretados.
Como afirma Kelsey (2017), “la adivinación es un proceso mediante el cual el hombre busca conectar con lo divino, un arte que no solo intenta predecir eventos futuros, sino también interpretar la voluntad de los dioses”.
Lo que me llevo de este encuentro
Mi encuentro con el cangrejo de río fue un recordatorio de la importancia de estar atentos a las señales que el universo nos envía, incluso cuando al principio no las comprendemos. A veces, los mensajes necesitan tiempo para revelarse, y nuestra tarea es estar abiertos a su significado cuando llegue el momento adecuado.
¿Y vos, te has encontrado con algún animal recientemente?
Recuerda que no siempre tiene que ser algo extraordinario. A veces, el simple hecho de ver un animal repetidamente puede ser una señal.
Comparte en los comentarios tus encuentros, y juntos podremos interpretar lo que esos animales tienen para contarnos! Nos leemos en comentarios.
Gracias por leer, y nos encontramos pronto por este espacio.
Felicitas Sidders
TRINUM
Bibliografía
Kelsey, M. A. (2017). Divination and Prediction in Early Modern Europe. Routledge.
Beaulieu, P.-A. (2003). The Pantheon of Uruk during the Neo-Babylonian Period. Eisenbrauns.
Burkert, W. (1996). Creation of the Sacred: Tracks of Biology in Early Religions. Harvard University Press.
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